Convivir con el fuego
Convivir con el fuego
Los Grandes Incendios forestales han dejado de ser algo excepcional en Gran Canaria para convertirse en algo habitual. En los últimos 20 años, 9 grandes incendios forestales han afectado gravemente a nuestra isla, a nuestros bosques y cultivos, a nuestras casas y bienes, a nuestra economía y sociedad y, lamentablemente, hasta a nuestra gente. Más de 32.000 hectáreas se han visto calcinadas. Debemos prepararnos y tomar medidas.
En Japón llevan años aprendiendo a convivir con terremotos y de esa experiencia han sabido construir edificios más resistentes. En el Caribe conviven con huracanes, cada vez con mejores protocolos de autoprotección. Hasta las tribus del Serengueti rodean sus poblados con vallas de espinos para evitar el ataque de los leones y así convivir con esa amenaza.
En Gran Canaria necesitamos aprender a convivir con el fuego.
Protección de viviendas
Debemos aprender a defender nuestras casas aplicando las medidas de autoprotección.
Protocolos de evacuación
Tenemos que saber cómo actuar frente a un incendio: los protocolos de actuación, las vías de escape y los lugares seguros.
Gestión de la vegetación
Debemos aprender a utilizar el fuego con seguridad, y diferenciar el fuego “bueno” del fuego “malo”.
Consumo local
El consumo del producto local es fundamental para crear un paisaje mosaico, resistente a los grandes incendios forestales.
Los Grandes Incendios Forestales
Los llamados grandes incendios forestales son el resultado de décadas de abandono del medio rural y de los aprovechamientos tradicionales. Este hecho ha propiciado que tengamos un paisaje con acumulaciones desmesuradas de combustible forestal que son auténticos polvorines en verano.
Eso, junto a las consecuencias del cambio climático, genera unos incendios forestales con comportamiento extremo. Amplios frentes de fuego con grandes llamas y velocidades de propagación, se mueven libremente por nuestros campos y bosques. Enormes columnas de humo alteran el ambiente generando sus propias condiciones meteorológicas y lanzando pavesas a cientos de metros de distancia.
Los bomberos forestales no pueden luchar contra esa nueva generación de incendios, solo tratar de que no se lleve por delante vidas humanas. Son incendios que están fuera de capacidad de extinción.
La paradoja de la extinción
En las últimas décadas la mejora de los servicios de extinción ha propiciado una respuesta rápida y eficaz. El aumento de la eficacia en la extinción incendios no disminuye el combustible forestal, sino al contrario, se acumula más. Es lo que se conoce como la paradoja de la extinción.
“Cuanto más eficaces son los servicios de extinción, peores incendios tienen”
El cambio climático
Nuestras masas forestales, que nacieron con un clima mucho más fresco y lluvioso, ahora sufren estrés hídrico. Padecen sed. Los veranos son cada vez más largos y las lluvias cada vez más escasas, con lo que disminuye la humedad general. Las especies son ahora más vulnerables al fuego, a la vez que contribuyen a un comportamiento aún más extremo de los incendios.
Resiliencia
Después de décadas de centrar nuestros esfuerzos en la extinción, es necesario equilibrar el balance y dedicar más atención a la prevención. Los medios de extinción son la respuesta, pero no son la solución.
Las enormes llamas nos han deslumbrado, destinando recursos materiales y humanos en apagarlas, cuando la solución del problema no está en la llama, sino en el combustible forestal que hay debajo.
No podemos elegir si vamos a tener o no incendios, lo que sí podemos es elegir la intensidad de éstos. Si queremos incendios o grandes incendios forestales.
Por todo ello se hace necesario una nueva visión frente al fuego. En lugar de enfrentarnos a él, se hace necesario aprender a convivir con él. De la resistencia debemos pasar a la resiliencia, a la adaptación.
Fuego bueno y fuego malo
El control del fuego ha sido uno de los grandes avances de la humanidad.
Si lo controlamos obtendremos de él la cara buena, el que cocina los alimentos, el que nos calienta en invierno, el que elimina la vegetación sobrante y nos previene de incendios en verano.
“El fuego es muy buen sirviente, pero muy mal amo.”
Proverbio finlandés.
Preguntas frecuentes
Acompaña a Flora
Flora rememora con su abuelo los cambios en el uso del bosque a lo largo del tiempo que ha conllevado a la aparición de incendios forestales cada vez más peligrosos. Además, conoce qué tipos de dispositivos de extinción trabajan para apagar los incendios forestales.