Quemas prescritas

Quemas prescritas

No es lo mismo el fuego en verano que el fuego en invierno. Con el tiempo húmedo, las llamas son pequeñas, por tanto se puede eliminar parte de la vegetación y así evitar un futuro incendio forestal.

 

Antaño las quemas las realizaban los agricultores y ganaderos para gestionar o reducir la vegetación del campo y crear pastos.

En la actualidad estas quemas las hace personal especializado, que además de realizarlas con eficacia y seguridad, controlan que no afecte negativamente al ecosistema.

Simulando fuegos naturales

Las quemas prescritas imitan los fuegos que, de manera natural, ocurren en la naturaleza. En Canarias, los incendios por rayo tienen lugar en los meses húmedos, asociados a borrascas atlánticas.

 

Esas condiciones generan incendios de baja intensidad, con unas llamas muy pequeñas, que queman solo una parte del sotobosque.

 

Las quemas prescritas simulan esa acción de la naturaleza, ese proceso ecológico de muchos ecosistemas canarios.

Imagen de pino canario afectado por un rayo en Inagua

Imagen de pino canario afectado por un rayo en Inagua

Adaptaciones del pinar canario

El pinar canario es uno de los ecosistemas forestales mejor adaptados a los incendios forestales. Ha sabido sobrevivir a millones de años de incendios generados por rayos y volcanes. El resultado ha sido un conjunto de adaptaciones o rasgos evolutivos al fuego. Del pino canario destacan los siguientes:

Efectividad de las quemas

Las zonas donde se realizan quemas prescritas son conocidas como áreas de baja carga.

 

La efectividad de las quemas se ha podido observar en los últimos grandes incendios que hemos tenido en la isla.

 

Estas zonas no son cortafuegos, ya que no frenan el incendio, lo que evitan es el comportamiento extremo del incendio. Esto:

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Preguntas frecuentes

Las quemas se realizan desde los meses octubre a junio, cuando las condiciones meteorológicas son más adecuadas. Las quemas prescritas están prohibidas en la época de peligro alto de incendios, del 1 de julio al 30 de septiembre, y cuando se declara la Alerta por Riesgo de Incendios Forestales. 

Se puede dar el caso que en época de quemas (de octubre a junio) el día sea caluroso. Eso, sin embargo, no impide que se pueda realizar la quema con seguridad, ya que la temperatura no es el único factor que determina el comportamiento del fuego y la seguridad de la quema.

 

Entre los factores más determinantes están las humedades. Destaca la humedad relativa, que es la humedad del ambiente, la humedad de los combustibles, que indica lo hidratadas que están las plantas, y la humedad antecedente, que es la humedad de los días anteriores que afecta al suelo y a las capas de pinocha.

 

Antes y durante la quema se miden constantemente esos parámetros con instrumentos adecuados.  Si alguno de los parámetros se encuentra fuera del rango establecido en el Plan de quema, se suspende la quema. Si la quema se hace, es siempre porque los indicadores son adecuados.

Es muy improbable, ya que las condiciones en la que se desarrolla una quema prescrita son condiciones muy favorables, en otoño, invierno o primavera y está el dispositivo de extinción de incendios al lado.

 

Aunque es muy difícil que ocurra, se puede dar el caso que alguna pavesa (brasa voladora) caiga fuera de la parcela de quema. Es lo que se conoce como un piroescape. En esas circunstancias, al fuego le cuesta mucho propagarse ya que las condiciones ambientales son muy favorables para la extinción cuando se hacen las quemas y, además, los bomberos forestales que están participando están al lado, por lo que ese foco improbable es rápidamente detectado y extinguido.

 

Para evitar que una quema se reactive, se supervisa y se extingue todo el perímetro de la quema y se establecen retenes de vigilancia, incluso de noche, que velan para que la quema se extinga hasta que no queden puntos calientes.

Es totalmente falso. Es un bulo que corre desde hace tiempo. Es importante que sepamos detectar los bulos y no creamos la información malintencionada y no contrastada que corre por las redes sociales.

 

Muchos de esos bulos se desmontan fácilmente consultando la fecha y el lugar del supuesto incendio. Las quemas prescritas no se realizan en los meses de peligro alto de incendios (del 1 de julio al 30 de septiembre) o cuando se declara la Alerta por Riesgo de Incendios Forestales. Si el incendio es en verano, es imposible que sea a causa de una quema prescrita, ya que estas están prohibidas.

 

En Gran Canaria existe una Brigada de Investigación de Incendios Forestales (BIIF) perteneciente al Cuerpo de Agentes de Medio Ambiente que determina las causas y origen de los incendios forestales producidos en Gran Canaria.

Muchos de los ecosistemas canarios están adaptados al fuego. Desde hace millones de años, la vegetación insular ha evolucionado con los incendios forestales que se han dado en el archipiélago debido principalmente a rayos y volcanes.

 

El resultado son especies y ecosistemas resistentes y resilientes al fuego, donde muchas especies se ven favorecidas tras el paso del fuego. Aunque la vegetación potencial de muchos ecosistemas pueda ser el bosque cerrado, la larga historia de incendios ha producido la apertura en los bosques de manera tan recurrente que han evolucionado especies típicas de matorrales abiertos que ni siquiera pueden vivir dentro del bosque. El fuego genera espacios abiertos y da oportunidad a especies heliófilas. Sin esos incendios nuestros paisajes serían más pobres en especies.

 

Los efectos de las quemas prescritas en flora y fauna se estudian alrededor del mundo y también en Gran Canaria desde hace más de 20 años. Los resultados de los estudios científicos demuestran que en las zonas donde ha habido este tipo de fuegos el estrato herbáceo recupera la riqueza y diversidad florística en un período no superior a dos años.

Respecto a la fauna, cabe destacar que las quemas afectan a una parte superficial del suelo, y parcialmente. Muchos de los invertebrados y microfauna se refugian bajo el suelo o en aquellas “islas” de vegetación no quemada, colonizando posteriormente el espacio quemado.

 

Como curiosidad se puede observar el comportamiento del gorgojo del pino (Brachyderes rugatus rugatus). El humo generado por la quema provoca que los individuos de este invertebrado asciendan en masa a las partes altas del árbol.

 

Respecto a las aves, al igual que a la flora, previamente se constata si hay poblaciones de especies vulnerables o en peligro de extinción para realizar las medidas de correctoras apropiadas. Todas las quemas prescritas necesitan tener aprobado un informe de compatibilidad con el Espacio Natural Protegido y un estudio de impacto ambiental aprobado.

La recogida de pinocha no está prohibida, sino regulada. En Gran Canaria hay agricultores y ganaderos que recogen la pinocha cerca de carreteras y pistas forestales. El problema se genera cuando no hay suficientes agricultores y ganaderos que recojan la pinocha, por lo que ésta se acumula.

 

Estas grandes acumulaciones son peligrosas, sobre todo en lugares estratégicos como en los bordes de carreteras y pistas forestales. Por eso la administración, en estos lugares, se ve obligada a reducir su volumen mediante quemas prescritas.

El pastoreo no está prohibido en Gran Canaria, sino que está regulado. Desde hace bastantes años, más de 40 pastores de la isla colaboran con el Cabildo para la prevención de incendios forestales.

 

La mayoría de quemas prescritas se realizan en pinar. La pinocha no se la comen las cabras y ovejas, por lo que, en el pinar, la herramienta más efectiva para prevenir incendios forestales son las quemas prescritas. Además, las quemas prescritas reducen la capa de pinocha, favoreciendo el crecimiento del pasto durante un tiempo, que sí pueden consumir los rebaños.

La pinocha es una parte fundamental del ecosistema de pinar canario. Pero además es un recurso forestal utilizado por agricultores y ganaderos y también es un combustible forestal que arde en los incendios forestales. Es por ello que hay que buscar un equilibrio entre las zonas donde se puede aprovechar de manera racional y sostenible, las zonas donde se reduce para evitar los incendios forestales y los pinares donde no se hace ningún tratamiento.

 

Las quemas prescritas se realizan en lugares estratégicos, no en todos los pinares de la isla. Con ello, se reduce la capa de pinocha en lugares donde se pueden apagar los frentes de llama cuando hay un incendio. Gestionando una parte pequeña del pinar se puede evitar que se queme en su totalidad.

A la vegetación que puede arder se la denomina combustible forestal. La pinocha es un combustible forestal, como la mayoría de la vegetación de Gran Canaria. De todos los tipos de combustible forestal que hay en la isla, la pinocha no es de los más complicados a la hora de extinguir ni los que generan comportamientos más extremos del incendio.

 

Otros tipos de combustibles forestales como los retamares o los cañaverales generan unas grandes longitudes de llama y elevadas velocidades de propagación, que hacen que queden en muchos casos  fuera de capacidad de extinción para los bomberos forestales. La pinocha, en cambio, genera unas llamas más pequeñas y una velocidad de avance también menor. Esto último es debido a que debajo del pinar la velocidad del viento es más reducida.

 

Eso no quiere decir que la pinocha sea fácil de apagar, sobre todo cuando el incendio se propaga bajo unas condiciones meteorológicas adversas, pero no es el principal problema de los grandes incendios forestales.

Acompaña a Flora

Flora acompaña a Pepe, un bombero forestal especializado para conocer cómo se realizan las quemas prescritas con eficacia y seguridad, controlando que no afecte negativamente al ecosistema.