Gran Canaria, 12 de abril de 2024.  Su proceso de producción es artesano y ecológico, el producto final de magnífica calidad y su huella de carbono es mínima, sobre todo si se compara con el que proviene de otras latitudes. Es el carbón de la Cumbre, ideal para asaderos y braseros, que se produce desde hace siglos en las cumbres de Gran Canaria y cuyo aprovechamiento resulta fundamental para evitar que se acumule la madera seca en nuestros bosques y barrancos y suponga un problema en caso de gran incendio forestal.

Por eso, el reconocimiento Gran Canaria Mosaico, que otorga el Cabildo a través de la Consejería de Medio Ambiente, Clima, Energía y Conocimiento, recae en el mes de marzo en los carboneros de la Cumbre como pieza fundamental de ese puzzle social que con sus actividades agrícolas, ganaderas y forestales contribuye a la creación de un paisaje resistente a los grandes incendios forestales.

Un puzzle, un mosaico paisajístico, en el que desempeña un papel destacado el consumidor final “tanto de zonas rurales como urbanas”, destacó el consejero del área, Raúl García Brink, porque es quien, en definitiva, “apoya con sus decisiones de compra el producto local y con ello asegura el mantenimiento de las actividades tradicionales que componen el paisaje resistente al fuego con sus viñedos, pastos, bosques, espacios naturales y demás elementos del paisaje mosaico”, señaló.

Precisamente, un paisaje mosaico es aquel donde conviven diferentes tipos de bosques y naturaleza con sembrados, pastos y usos forestales, y donde cada una de estas piezas pone obstáculos al fuego, que se propaga más lento y hace posible sofocarlo. Es, por tanto, “una manera de gestionar el territorio de manera equilibrada para prepararlo ante el aumento de los grandes incendios forestales” que se dan cada vez con más frecuencia e intensidad en Canarias, y que afectan tanto a la población de la isla como a los espacios naturales protegidos.

De hecho, los grandes incendios forestales son una de las principales amenazas que afronta Gran Canaria, tanto desde el punto de vista medioambiental como de la seguridad ciudadana. El dispositivo contra incendios forestales trabaja todo el año para tener una isla más segura; sin embargo, para conseguir un paisaje mosaico resistente a los grandes incendios “es necesaria la contribución de toda la sociedad”, recordó el consejero.

Gran Canaria conserva aún la práctica ancestral del carboneo, principalmente en las cuencas de los barrancos de Tejeda. Los carboneros están organizados en la Asociación Charamusco – Carboneros de la Cumbre y comercializan su producto bajo la marca registrada Carbón de la Cumbre, con un empaquetado homogéneo y una sólida red de distribución. El carbón local se surte principalmente de leña de almendrero y escobón, que poseen maderas muy pesadas y generan un carbón de primera calidad.